Y me dijiste: ¿Dónde has estado? Como que si te habías
dedicado a la aventura de buscarme y yo a la travesía de esconderme
de ti. A lo cual yo te respondí: He estado donde nadie se fija, en el viento,
en la oscuridad, en el risa y en el llanto, donde pocos arriman sus ojos y donde
nadie suele pasar, he estado donde es difícil suspirar, en las
letras no leídas y en los silencios de atardeceres sublimes que se esparcen
como brisa inesperada que alivian el alma.
He estado en la eminente canción que resuena en tus oídos, en tus sueños y hoy
me tienes aquí, en tus manos amor.
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