22 jun 2013

A Alvaro Jose Delgadillo



Descomunal era tu sufrimiento

e inmerecido el llanto que erosionaban  tus mejías
sin embargo no le has temido a la vida,
te has reído de tus adversarios
de aquellos que un día gozaron ver tu alma 
desmoronarse en pedazos.

Por un momento pensaste que no habría final
y te volviste prisionero de una tragica búsqueda
solo deseabas encontrar al menos un segundo de paz
y ser libre de una vez
de esa  desdicha que carcomía tu humanidad.

En tu cielo gris,
no encontrabas respuestas a cada una de tus preguntas
y divagabas entre muchos porque
en tus noches hablaste con aflicion de espíritu
y te quejaste en tus días con amargura de tu alma.

No había en tus labios
una hermosa canción
que fuera de capaz de atenuar
el quebranto de tus huesos
ni el dolor de tu corazón.

Hoy tus heridas se han cicatrizado
haz encontrado placeres en tus mañanas
las quejas vanas has abandonado
la luz del Sol se asoma por tu ventana.

Es tan solo tu sufrimiento un recuerdo gris
que lo único que produjo
fue sacar lo mejor de ti,
como oro que pasa por fuego
que luego brilla con esplendor
haz de brillar como lucero
con tanta gloria y vigor.

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