4 oct 2013

Corre, no te detengas.

 A Aldo Gongora.
Corre, no te detengas
despacio o de prisa
con ganas o sin aliento
Con la sonrisa en tus labios
o la tristeza encarnada en tu rostro.
No te detengas,
aunque la espesa niebla azote tu mirada
aunque el soberbio sol deshidrate tus sueños
y la llegada de la noche escarchada te haga creer que todo está perdido.
Corre, No te detengas.

Corre,
aun cuando los tuyos te hayan abandonado
tus fuerzas se reduzcan a cenizas.
No te detengas,
aun cuando los vientos sean contrarios
y la indiferencia bofetee tu rostro.

Corre, aun cuando duela correr
aunque tus rodillas se paralicen
y la meta parezca alejarse.
Hazme un favor, no te detengas.

Sigue corriendo,
aunque te llenes de pavor al desbordarse los ríos,
las nubes se llenen de tristeza
tu cielo se destroce en pedazos
y  la tinta se desvanezca.

Corre,
aun cuando se disuelva la ilusión,
la soledad se albergue en tu corazón
y llores de desesperación.

Sigue corriendo
porque en vano dejan de correr los que cedieron
porque hay un galardón que te espera
porque al final habrá valido la pena
porque en sonrisa se convertirá tu llanto
y  el gozo de haber llegado te hará olvidar tu oscuro pasado.



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