19 may 2014

A I.F.A.V.

No me digas nada, tengo tanto que decirte que opté por quedarme callado por si hablando tu idioma al fin me entendías. Y solamente quiero que lo entiendas, así los dos, no quiero pelear, solo quiero que me veas, mírame, observa mis pupilas, que te dicen te amo, no quiero separarme de tu lado “No morí cuando dijiste que nos diéramos un tiempo, pero tampoco llegue a sentirme vivo.” 

Tengo ganas de abrazarte, de sentirte mío “¡Te tengo unas ganas! ¡Cuídate! El día que te agarre te voy a deshacer. No quiero dejarte un lugarcito intacto.” Te he extrañado como nada en esta vida, lejos de ti, siendo que muero a pellizco, te sé de memoria, y te repaso diariamente, con mis ojos cerrados, con mi boca, con mis manos, con mi cuerpo todo. No hay un minuto de mi tiempo que no te piense, eres mi todo.


Perdóname si he exigido mucho de ti, quizá demasiado, que haya querido que tu corazón palpitara fuera de tiempo, como yo hago con el mío; pero yo soy un desequilibrado de amor y tú no, ahora lo sé y sé también que por eso me gustas así, porque eres como la brisa suave de una noche tranquila.

Te amo de una manera loca y enfermiza, pero te amo, amo cada partecita de tu cuerpo, con cada átomo de mi ser, déjame amarte una vez mas, y no quiero hacerte promesas, tan solo quiero que me des la oportunidad de demostrarte que te amo realmente, y que al final de cuentas te necesito para vivir.
Te pertenezco todo, mis líneas, mis versos, todos son tuyos, ni me queda nada, eres mi todo.

Entiendo que a veces quisieras alejarte por las diferencias y desacuerdos que tenemos, solo déjame llegar al punto de ceder, aunque eso signifique morir, no importa si soy yo el que te ama mas, el que cede mas, solo quiero que vivas, aunque eso signifique que yo muera, solo déjame morir en tus brazos, no pido mas. No quiero un seguro de vida, quiero morir por ti.
Te amo,
Suyo,
Ian David Briceño

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