23 jul 2014

27 de Diciembre 2013


Tus labios fueron mi lienzo favorito; con ellos pinte el azul de primera de quien tanto Darío soñaba, pero nunca vivió; pobres poetas locos construyendo mundos realista y fantasioso, que buscando la belleza encuentran la verdad, y que es la verdad , la verdad es que he estado donde nadie se fija, en el viento, en la oscuridad, en el risa y en el llanto, donde pocos arriman sus ojos y donde nadie suele pasar, he estado donde pocos saben lo difícil que es suspirar, en las letras no leídas y en los silencios de atardeceres sublimes que se esparcen como brisa inesperada que alivian el alma; en la eminente canción que resuena en tus oídos, en tus sueños y hoy me tienes aquí, en tus manos ; aun tengo el recuerdo de tus besos y de tu respiración agitada rosándose en mi cuello; ¿ cómo olvidarte?, ¿ y cómo quererte con medida?, si desconocemos los límites de la vida. Esa noche fui feliz, eran tus besos capaz de hacer que mis rodillas temblaran descontroladamente, era como caer en un abismo , mis ojos se iban entre los tuyos, éramos tu y yo; la noche era perfecta, estaba hecha para los dos, no necesitaba más, eras suficiente para mí; me preguntaba donde habías estado, pero no quise perder mi tiempo en eso, sólo sabía que estabas aquí; eso y nada más, bastaba el roce de tu mirada llena de inocencia para tenerme, tu rostro preñado de sonrisas para hipnotizarme, no había nada hermoso en mí, más que el sentimiento que despertabas; hace mucho que no sentía algo parecido ; nada mucho menos nadie que podía darse el lujo de idiotizarme así, me sentía vivo, pleno, dichoso, con dueño ( porque no decirlo) en fin a tu lado pude conocer lo más cercano al cielo aquí en la tierra, pero te fuiste, sin la promesa de volver, la distancia no era el problema al final de cuentas era algo que tenía que aceptar, el problema fue que te fuiste sin dejarme la esperanza de que volverás , y lo dejamos para un mañana incierto el que no creo que existirá. 

Si me preguntaras el porqué de mi rostro, la mudanza de mi actitud; inventaría miles de excusas para esconder las palabras que se atraviesan en mi garganta; y si fueras más allá; y me preguntaras quien estorbo mi correr, quien manchó mi sonrisa contagiosa que iluminaba; quizás te diría que no me pasa nada, pero las lágrimas que irrumpen de mi alma terminarían por erosionar mis mejías. Si me preguntaras con insistencia el porqué de mis lágrimas; yo te contestaría: Aposte el corazón, y lleves las de perder en aquel juego imbécil al que todos llama amor... Sin pensarlo me volví un idiota, uno al que le brillaban los ojos con solo ver un mensaje de él. Escuchar su voz era tan hermoso que hacia erizar cada fibra de mi ser, y poco a poco me fui entregando en un viaje sin esperanza de volver, y me perdí en la ventura de su amor, el que consistía que yo tenía que dar lo mejor, y me llene de ilusiones, construyendo castillos de arenas, bien dijo Arjona; así se disfraza el amor para su conveniencia. De pronto deje de importarle y sus palabras ausentes dragaron mi pobre corazón, y fue así como perdí la razón, y mi alma se llenó de consternación Después de todo he decidido mandar a la mierda al amor… Ya no más conmigo, esta vez ya no podrá; ya viví esta escena y no volveré a repetirla, por mucho que se agite el telón, yo decidiré que hacer mientras yo dispongo de la actuación. Si me preguntas ¿qué será de mí? Pues acá me tienes, podre caer , pero aún tengo ganas de vivir, porque si creo en alguien, ese alguien soy yo, seguiré imponente como el sol; siendo de ese chico de cuerpo exquisito, poeta maldito, de genio amable y otras veces intolerable, seguiré siendo yo, el Ian que tanto aman , el que nunca deja de ser, hare que el cielo se escurezca y el sol se acobarde ante mi presencia como en ocasiones anteriores , podré chasquear mis dedos, y pedir desde miradas atrevidas hasta una puesta de sol, y borrar ese llanto con un buena cerveza o con un medio de ron, pero seguiré imponente, regio, porque la vida sigue y yo también.
El mundo se me escapó de las manos y para mañana tengo que ir detrás de él, alcanzarlo y ponerme de nuevo en mi lugar y dejar algunas cosas atrás. Entre ellas estas tú. He aprendido amarme a mí mismo lo suficiente como para darme cuenta de que cuando alguien no te quiere debes seguir adelante sin perder el Tiempo. 

En esta carta solo me quería despedirme y expresar todo lo que sentía por ti; tenia tangas ganas de intentarlo contigo, sentía que me enamoraba, me perdía al escuchar tu nombre; ojala algún día te decidas por alguien que esté dispuesto a darlo todo por ti, Y si tienes una chispa entonces dejar que crezca, aunque sientas el peso sobre tus hombros simplemente deja que se vaya, si tienes que irte entonces hazlo porque en esta vida también se puede caminar solo, cada quien está por su propia cuenta, me despido escribiendo con lágrimas en mis ojos, porque en el fondo no quisiera hacerlo, aunque parezca despistado con ese caminar pausado tu bien entiendes la razón que hace doler mi corazón, y a pesar de todo tu y yo merecemos ser felices…

Suyo, 
Ian David Briceño Aguilar.
Managua, 27 de Diciembre de 2013.

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