Déjame
ser los ojos que guíen tu camino
el brazo fuerte que te sostenga en la tormenta
la mano fornida que disipe tus lagrimas
Déjame ser los pies que te
ayuden atravesar el sendero inhóspito de
la vida
la frente que se alza en las alturas para ver más allá.
Déjame ser la alegría que visita tus sueños
la desesperación que consume tu esperanza
Déjame ser la niña que llora en tus fiestas
o la aurora que nace en tu ventana.
Déjame ser el polvillo que hace lagrimear tu mirada
Déjame ser quien bese tu frente cada mañana
quien te llene de placeres sublimes
y ahogue de miedos tu sensatez.
Déjame ser el pañuelo que besa tu rostro
la carta predilecta que lees en toda tus
noches
el café de las tres de la tarde
o simplemente el recuerdo que gobierna tu memoria.
Solo quiero que sepas que antes de que me vaya
o me dejes, tuve el intenso deseo de ser algo o alguien en tu vida.
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